
“El regalo publicitario sigue aquí,
pero su significado ha cambiado”
No hace mucho un compañero de profesión, en un tono que denotaba cierto pesimismo, me preguntaba ”¿y qué vas a poner en un bolígrafo?, un bolígrafo es un bolígrafo”. Mi respuesta fue buscar, como siempre intento hacer, el otro punto de vista. Porque “todo parece seguir igual, pero todo cambia”. Efectivamente, un bolígrafo continúa siendo un bolígrafo con el paso del tiempo, pero su uso es diferente, y esto es lo que debemos detectar desde el ámbito en el que trabajamos para adaptarnos a las nuevas tendencias y a los nuevos estilos de vida que marcan la evolución nuestros productos.
Cuando un cliente reclama algo novedoso, debemos tener en cuenta el momento y el lugar en que se lleva a cabo esta demanda. En la actualidad la novedad se transmite a través de los mensajes que enviamos por medio de nuestros regalos. El marketing social se ha posicionado al frente del mercado. El mensaje, el contenido, o la presentación dan carácter y personalidad al regalo de empresa. Los artículos sencillos adquieren relevancia cuando integramos en ellos parte de los valores corporativos empresariales por ejemplo, a través de la decoración, de la personalización o el packaging.
Menos es más. Serigrafiar un bolígrafo con el teléfono, el mail, la dirección, no añade valor ni atractivo al regalo. Estamos ante la era de las nuevas tecnologías, por ello nuestros clientes encontrarán los datos completos de nuestra empresa con un simple Smartphone y una conexión de Internet. El regalo publicitario sigue aquí, pero su significado ha cambiado. Un mensaje con un buen contenido o nuestra marca visible y aplicada con estilo, pueden conseguir los resultados esperados de nuestro regalo.
Diego López
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